Una de las mejores tradiciones de los primeros meses del año son los calçots, por si no estás al tanto, son unas cebollas que se dan en la zona interior de Cataluña y que tradicionalmente se cocinan sobre la llama directamente y, posteriormente, se envuelven en papel de periódico durante media hora para que se acaben de cocinar, luego tan solo hay que ponerse un babero, pelar la parte exterior del calçot (que está negra como el carbón) y mojar en salsa romesco, y a disfrutar.
Uno acaba perdido (de ahí que haya que ponerse el babero) y con las manos negras, pero una buena calçotada es un gran acontecimiento para disfrutar con amigos.
He tenido la suerte de compartir este fin de semana con mis colegas de IP (gracias Andreu!!!) y poder disfrutar de una estupenda calçotada, hacer un montón de actividades y pasarlo genial.